Activos intangibles: Qué son y por qué valorarlos

¿Qué son los activos intangibles?

Según las International Valuation Standards (IVS), los activos intangibles son activos no monetarios que se manifiesta por su valor económico. No son materiales, pero influyen en el valor de una empresa u organización porque conceden derechos y/o beneficios económicos.

Fernando Vives Fradejas, director ejecutivo de Alia.

Tipos de activos intangibles

Marcas

Diseños comerciales

Licencias

Franquicias

Tecnología

Software

Derechos de autor

Clientes

Talento

Patentes

Fondo de comercio

Requisitos de los activos intangibles

Los requisitos para que un activo sea considerado como un intangible son, según las Normas Internacionales de Contabilidad:

  • Identificación. El activo debe ser separable o escindible, vendible, cedible, arrendable…
  • Control. Tener garantías para reclamar beneficios económicos y/o restringir el acceso de terceras personas a tales beneficios.
  • Beneficios económicos futuros. Debe aportar un impacto positivo en las cuentas.

Clasificación de los activos intangibles

A la hora de clasificar los intangibles, casi todos los autores que se dedican al tema tienen su propia clasificación. Las IVS establecen una basada en cinco categorías:

  • Intangibles relacionados con el marketing: promoción de productos y servicios en el mercado, marcas, nombres y diseños comerciales, etcétera.
  • Intangibles relacionados con clientes: listado de clientes, relaciones con ellos, relaciones contractuales y no contractuales, etcétera.
  • Intangibles relacionados con los artísticos: surgen del derecho a beneficios por parte de la elaboración de una obra que dé lugar a derechos de autor.
  • Intangibles relacionados con los contratos: activos intangibles que aportan valor en cuanto que dan derechos que se derivan de acuerdos contractuales, como por ejemplo las licencias. Estos suelen ser activos intangibles que se consideran mucho en especial en la adquisición de compañías, en la inversión en las mismas.
  • Intangibles relacionados con la tecnología: activos respecto al uso de la tecnología patentada, tecnología no patentada, bases de datos, software, procesos, etcétera. Hoy día, la mayoría de las empresas de servicios tienen una mayor valoración en la medida en que son capaces de transformar datos que obtienen de distintas fuentes de información en conocimiento.

Requisitos para que un activo sea intangible

Las Normas Internacionales de Contabilidad identifican estos requisitos:

  • Identificación. El activo debe ser vendible, cedible, arrendable…
  • Control. La capacidad de control es la que otorga garantías a la hora de reclamar beneficios económicos. Por ejemplo, una patente protege una invención durante un periodo de tiempo para recuperar la inversión.
  • Beneficio económico. Debe aportar un impacto positivo en las cuentas, como, por ejemplo, un software puede ahorrar costes y/o incrementar la productividad.

Fondo de comercio

Mención aparte debemos hacer del denominado fondo de comercio, que es el conjunto de los intangibles que no somos capaces de valorar de forma individual porque no somos capaces de identificarlos y valorarlos de forma separada. Todos los fondos de comercio son valorables. Lo que ocurre es que depende de para qué se haga la valoración: para tener los intangibles reconocidos y cuantificados para el día a día (impuestos, litigios, reportes…), para la toma de decisiones estratégicas a partir de ventajas competitivas, para comerciar con ellos o para obtener financiación.

A partir de la finalidad que se establezca, el enfoque más habitualmente utilizado en la valoración de intangibles en general es el de renta. El motivo es que no suelen existir mercados suficientemente líquidos y transparentes de intangibles. Así, la valoración se efectúa en función de la renta que es capaz de sacar en el futuro. Para valorar un fondo de comercio lo que se suele hacer es valorar la empresa en su conjunto y al resultado de esa valoración se le resta el conjunto de todos los activos, tanto tangibles como intangibles que no sean en sí mismo el fondo de comercio.

Valoración de intangibles en activos inmobiliarios

Llegados a este punto, pasemos a hacer tangible la valoración de intangibles en activos inmobiliarios.

La IVS400 habla de derechos sobre inmuebles. Entre otras cuestiones, establece que los activos intangibles caen fuera de la clasificación de los activos inmobiliarios, evidentemente porque éstos son tangibles por definición, pero, sin embargo, puede haber activos intangibles que estén asociados al activo inmobiliario y tengan impacto sobre el valor del inmueble, por lo que es muy importante saber si en la valoración de un inmueble estamos o no incluyendo esos intangibles.

En el caso de que no los estemos incluyendo, el proceso de valoración será distinto a si valoramos solo los ladrillos. De este modo, es innegable que no es lo mismo un hotel desde el punto de vista de un negocio en su conjunto, que si solo valoramos lo que es la construcción y el suelo sobre el que se asienta.

A esta cuestión atienden incluso normas específicas de la valoración hipotecaria, pues esa valoración es muy distinta si se atiende al valor que acaba saliendo por actualización de rentas que se dirigen al negocio hotelero, frente a si solamente se valora lo que se llama el coste de reposición neto del hotel -cuánto me costaría comprar el suelo sobre el que se asienta y llevar a cabo la edificación incluyendo su depreciación actual-. En la misma IVS400 se habla como ejemplo del caso en el que la marca del hotel puede estar ligada de manera inextricable a su valor y en ese caso el valorador ha de aplicar la IVS 201 referente a los activos intangibles.

¿Y cómo influyen los intangibles a la hora de valorar un hotel en el actual contexto?

Pensemos en el tiempo que llevan cerrados y con unas previsiones de demanda limitadas y en la imagen de marca de un hotel. Sin duda, su marca es determinante para incrementar su valoración y acaparar la posible demanda de reservas tras el estado de alarma.

Es por ello que es necesario tangibilizar, si se me permite la expresión, lo intangible, tratar de dar cuantificar lo inmaterial para poner en valor activo que no siempre tenemos bien identificados y controlados y utilicémoslo como palanca de recuperación.

Activos intangibles, ¿cuál es su valor en las empresas?

Los intangibles son activos fundamentales y deben ser gestionados. Si bien no son elementos claros de cuantificación directa en números y el balance de una empresa no los considera de forma directa, como sí hace, por ejemplo, con los activos físicos o los recursos financieros, y así nos centramos en gestionar lo que es ‘fácil de medir’, pero, trayendo a colación una frase de 1963 del sociólogo Edward Bruce Cameron: “No todo lo que se puede contar cuenta, y no todo lo que cuenta puede ser contado”, como vamos a comprobar.

Porque al final una empresa vale lo que es capaz de generar en el futuro. Y lo que es capaz de generar en el futuro es tanto más cierto cuanto más claras están las relaciones contractuales con potenciales clientes, más cualificado sea su capital humano o más potentes sean sus bases de datos. Efectivamente, incluso en el propio sector de valoración, una empresa de valoración vale tanto como información de mercado sea capaz de manejar e interpretar, información que hay que depurarla, almacenarla adecuadamente y procesarla para emitir unos informes de valoración.

La marca, otrora denostada por los consumidores, hoy es un intangible que está demostrando ser también un valor al alza. Estos días, la actualidad se ha llenado de acciones solidarias del tejido empresarial que están potenciando la valoración de las marcas.

Como decía, en un momento donde los fundamentales de las empresas van a caer es clave poner en valor los activos intangibles, porque van a convertirse en la palanca para la recuperación.

¿Para qué valorar los intangibles?

Las IVS (Normas Internacionales de Valoración) establecen cinco grupos de finalidades fundamentales dentro de lo que es la valoración de intangibles en la IVS 210, pero, en mi opinión, se podrían englobar en cuatro:

  1. Con el fin de tenerlos identificados y cuantificados en todo momento para el día a día (impuestos, litigios, reportes, análisis de deterioro…)
  2. Para la toma de decisiones estratégicas a partir de diferenciadores en el mercado
  3. Para comerciar con ellos (venta o cesión)
  4. Para obtener financiación, una financiación alternativa o complementaria o de soporte a la más tradicional a través de la banca.

Estos cuatro “para qué” son importantes ahora, pero los dos últimos son, además, posibles soluciones que empresas con problemas financieros pueden estar planteándose: vender o ceder alguno de tus intangibles o apoyarte en ellos de cara a obtener financiación.

La experiencia que estamos viviendo y adquiriendo pone de manifiesto que las empresas pueden trabajar desde ya para que su valor no tenga tanta dependencia de circunstancias externas. Pensemos por ejemplo, en el sector hotelero, gran afectado en la crisis sanitaria. Las claves residen en identificar los intangibles que les están generando valor y saber gestionarlos adecuadamente, junto con la demanda y los costes.